Sunday, June 01, 2008

Vacanze Romane, Mayo de 2.008

La semana pasada estuve disfrutando en Roma con Agua en la Fiebre, en viaje de puro placer, ni reuniones ni visitas obligatorias, ni tan siquiera a SuSan (que es como doña MS denomina a Benedicto XVI), interesante ciudad, demasiado turística quizá, y que una vez más me provocó percepciones y sensaciones contradictorias. Ya estuve allí en Junio de 2.006, con Dr. House y su Señora MC, y Amparito también, pero me resfrié del aire acondicionado del avión y del tren lanzadera del aeropuerto, y estuve los tres días con 38-40 grados de fiebre y las narices tapadas, y no me enteré de casi nada. Desde luego, no recordaba para nada precios tan caros como los de ahora (pero basicamente en la cerveza (8 euros el medio litro) y café (4 euros) de las terrazas de los sitios turísticos, cenar o comer dos personas en conjunto no es especialmente más caro que en Spain (en torno a 42 euros, sin copa ni postre, un entrante, un plato cada uno, cerveza, vino y café), y por lo general la calidad mayor), ni que los romanos fuesen tan de pueblo atontolinaos por más que vistan impecables. Eso si, mires donde mires siempre hay algo interesante que mirar, sean monumentos, tiendas, meros edificios o personas que pasen por la calle. Realmente impresiona, te distrae, te mantiene ocupado todo el día, y hace que aunque tu viaje a Roma fuese de un solo día, lo disfrutases todo el rato. En contra de la opinión generalizada en Spain, los italianos en general y los romanos en particular conducen muy bien, la prueba es que cuando cruzas un paso de cebra no frenan, te esquivan por los lados sin disminuir la velocidad y sin alcanzarte nunca, el problema surgiría si te pusieses nervioso y corrieses o dudases al avanzar, o avanzase con paso irregular, entonces seguro que los harías fallar en su trayectoria e impactarte en el cuerpo, con consecuencias desagradables. Como otro detalle en el mismo sentido, el conductor del taxi que nos llevó al aeropuerto de vuelta no es que hablase por el móvil mientras conducía ¡ Es que no paraba de escribir SMS por el móvil y enviarlos y contestarlos mientras conducia en plena Roma ! Pero eso si, solo por el centro de Roma, en la autopista ya se centró en conducir a 160 Km/h todo el rato hasta el aeropuerto Fiumicino-Leonardo da Vinci (dificilmente se le puede poner mejor nombre a un aeropuerto), se ve que solo le ve emoción a escribir SMS esquivando semaforos, peatones y otros coches en el centro de Roma, la autopista es demasiado monótona y homogénea para que tenga interés en escribir SMS mientras conduces. También conseguimos encontrar el barrio del Trastévere, no como en 2.006, que por más vueltas que me hicieron dar y autobuses y tranvías coger, no apareció por ningún lado el puto barrio. Y aunque sea un barrio megaturístico, no deja de tener un encanto particular. Y los romanos producen la sensación general de estar vivos, aunque sean desastrosos en sus actitudes y trabajos. Bien, ahora os pondré algunas pocas fotos para ilustrar esta entrada, quizá ponga alguna otra en futuras entradas que merezca algún comentario particular: Curiosa improvisación de teatro político, supongo, en el Trastévere, en la Piazza Trilussa, frente al Ponte Sisto, donde Agua en la fiebre compró a un nigeríano bien simpático llamado Abu una tela con guerrero negros dibujados. Un "típico" ristorante, también en el barrio del Trastévere, muy cerca de la iglesia del s. V Santa Cecilia in Trastevere, con todos los detalles del reclamo de turistas perfectamente acoplados. Una imagen edulcorada y casi publicitaria de una pareja posando ante la Fontana de Trevi. Demostración palpable de que los conductores italianos de cualquier tipo de vehículo usan constantemente el móvil, también se lo vimos hacer a policías de servicio mientras conducían sus furgonetas por la Via del Babuino. El entorno de esta foto es la Piazza Venezia y el Palazzo Venezia, desde donde Benito Mussolini, Il Duce, desde uno de sus balcones realizaba sus discursos, inspirándose en las gesticulaciones e histrionismo del popular héroe Maciste. Un carabiniero contemplado con motivado orgullo su flamante coche, curiosamente no un modelo italiano, pero no, no pienso hacer como el carabiniero y dejarme esa ridícula barbita para ir a juego con mi coche. Una pareja de típicos policías italianos bien pagados de sus esculturales cuerpos clásicos, también en el entorno de la Piazza Venezia, frente a la "Máquina de Escribir", el polémico monumento a Vittorio Emanuele II. Los contemplamos desde una de las terrazas que había a la puerta del hotel Piazza Venezia donde dormíamos, y durante aproximadamente una hora no realizaron la más mínima actividad, aparte hablar y mirar de vez en cuando a la moto, inactividad ritual a la que al parecer se dedican todo el tiempo la casi totalidad de los italianos. También como en España, los camareros italianos tienen la especial habilidad de esquivarte con la mirada para no tener que atenderte, pero en cambio no se comportaban así los camareros inmigrantes procedentes de otros países. Altar en el subsuelo de la iglesia de San Giuseppe dei Falegnami, en pleno Foro de los Césares, donde se encuentra la famosa cárcel Mamertina, también conocida como Tullianum. Fue el lugar de presidio nada menos que de los apóstoles Pedro y Pablo, de ahí la cruz invertida, y también de Vercingetorix, entre otros personajes célebres. El Moises de Miguel Angel, en la iglesia de San Pietro in Vincoli (San Pedro con Cadenas), por una vez no perdimos el tiempo ni hicimos el ridículo buscándolo por error en la Basílica de San Pietro in Vaticano. Los puntos de vista multifocales y sin punto de fuga claro que producen tanta sensación de amontonamiento de edificios y monumentos en toda Roma, el efecto en este caso se percibe con claridad desde esta visión en lo alto del Castell San Angello (Mausoleo de Adriano), con San Pietro (in Vaticano), la Via della Conziliazione, que conduce al miniEstado, y los puentes de Vittorio Emanuele II y del Principe Amedeo de Savoia Aosta (no he conseguido averiguar si tiene tal nombre el puente en honor al que fuese rey de España, pero mas probablemente sea en honor del tercer duque de Aosta, Amedeo Umberto Isabella Luigi Filippo Maria Giuseppe Giovanni di Savoia, muerto en un campo de prisioneres británico en Kenya en 1942, el año de inauguración de este puente: http://en.wikipedia.org/wiki/Amedeo,_3rd_Duke_of_Aosta) "I Sapori de la Legalità/El Sabor de la Legalidad", cartel de una sociedad estatal italiana, situada detrás del Palazzo Valentini, muy cerca del Foro de Trajano, encargada de gestionar en modo de cooperativa los terrenos de cultivo y algunos otros bienes confiscados a la mafia. Algunos "papamóviles" y similares, por unos días tuve la ilusión de que el Toyota Land Cruiser Series 40 de la foto fuese el del atentado contra Juan Pablo II y de que yo lo había "encontrado", pero no, he revisado el video de los hechos y el coche del día del atentado era una Fiat Campagnola. Desde la terraza de un bar restaurante situado en la Via del Babuino, antiguo taller del escultor Antonio Canova (y después de Tadolini), visión de algunos elementos típicos de las calles de Roma. Estaba toda llena de cuadriciclos, Fiat 500 antiguos y nuevos (muy monos los nuevos), Smart, y otros tipos de minicoches. La delicada mano de Agua en la Fiebre brindando con su vino rosso por los sabrosos y preciosos aperitivos que acompañaron a nuestras consumiciones en la anterior terraza a modo de obsequio, obsequio sorprendentemente habitual en otras terrazas romanas. El impactante interior del bar restaurante antiguo taller del escultor Canova, con algunos bocetos realizados por el artista. A destacar el falo erecto en el centro de la foto. Típico contraste de opiniones entre camarero y patrón en la no menos típica y bulliciosa Piazza Navona, con las no menos típicas obras de restauración permanentes al fondo. La no menos típica y bulliciosa Campo de Fiore, con una típica romana en el centro de la foto, con el detalle de la estatua de Giordano Bruno erigida por los masones en 1889 dominando la plaza desde el mismo lugar en el que fue ejecutado en la hoguera en 1600 ( http://en.wikipedia.org/wiki/Statue_of_Giordano_Bruno ). El curioso Ponte Aemilius/Ponte Roto, el más antiguo de Roma (completamente construido en piedra desde 142 A.E.C.), y que aunque inutilizable aun así se reconstruye periodicamente, situado entre la Isola Tiberina y el Ponte Palatino, durante uno de nuestros regresos nocturnos a pie desde el divertido barrio del Trastévere. La impactante Torre delle Milizie todavía en restauración, en el recientemente abierto espacio museístico del Foro de Trajano y otros Foros Imperiales. Otra imagen que da una buena idea de la magnitud del impresionante complejo museístico, en realidad uno de tantos complejos museísticos impresionantes en Roma. Y para terminar os iba a colgar un video con una auténtica actuación por parte de un Guardia Urbano en la Piazza Venezia, pero algo ha fallado al subir el video, ya lo resolveré en los próximos días. En fin, ya es bastante por hoy, ya iré escribiendo sobre otros detalles del viaje a medida que los vaya olvidando o recordando de forma distorsionada.

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2 Comments:

At 9:18:00 AM, Blogger 10050 Cielo Drive said...

Los monumentos están muy bien y muy bonitos, y la gastronomía apetecible, pero se echa en falta alguna descripción más amplia del costumbrismo romano. ¿Acaso no hay putas romanas? ¿travelos romanos? ¿bares de lesbianas camioneras romanas?

 
At 2:52:00 AM, Blogger Henry Plus said...

La verdad es que no me fijé mucho, porque yo he llegado a un punto en que todo me parece más o menos normal.
Pero Agua en la Fiebre, que es más sensible y se fija más me comunicaba constantemente sus conclusiones a lo largo del viaje, y en concreto respecto a esos puntos:
- Todas las romanas son putas.
- Todos los romanos son homosexuales reprimidos.
- Todas las turistas extranjeras son lesbianas (no se si las romanas, siendo todas putas, podían ser también todas lesbianas, supongo que no, porque para ser las dos cosas en todo caso tendrían que ser, al menos operativamente, bisexuales).

 

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