Vacanze Romane, Mayo de 2.008
La semana pasada estuve disfrutando en Roma con Agua en la Fiebre, en viaje de puro placer, ni reuniones ni visitas obligatorias, ni tan siquiera a SuSan (que es como doña MS denomina a Benedicto XVI), interesante ciudad, demasiado turística quizá, y que una vez más me provocó percepciones y sensaciones contradictorias. Ya estuve allí en Junio de 2.006, con Dr. House y su Señora MC, y Amparito también, pero me resfrié del aire acondicionado del avión y del tren lanzadera del aeropuerto, y estuve los tres días con 38-40 grados de fiebre y las narices tapadas, y no me enteré de casi nada. Desde luego, no recordaba para nada precios tan caros como los de ahora (pero basicamente en la cerveza (8 euros el medio litro) y café (4 euros) de las terrazas de los sitios turísticos, cenar o comer dos personas en conjunto no es especialmente más caro que en Spain (en torno a 42 euros, sin copa ni postre, un entrante, un plato cada uno, cerveza, vino y café), y por lo general la calidad mayor), ni que los romanos fuesen tan de pueblo atontolinaos por más que vistan impecables. Eso si, mires donde mires siempre hay algo interesante que mirar, sean monumentos, tiendas, meros edificios o personas que pasen por la calle. Realmente impresiona, te distrae, te mantiene ocupado todo el día, y hace que aunque tu viaje a Roma fuese de un solo día, lo disfrutases todo el rato. En contra de la opinión generalizada en Spain, los italianos en general y los romanos en particular conducen muy bien, la prueba es que cuando cruzas un paso de cebra no frenan, te esquivan por los lados sin disminuir la velocidad y sin alcanzarte nunca, el problema surgiría si te pusieses nervioso y corrieses o dudases al avanzar, o avanzase con paso irregular, entonces seguro que los harías fallar en su trayectoria e impactarte en el cuerpo, con consecuencias desagradables. Como otro detalle en el mismo sentido, el conductor del taxi que nos llevó al aeropuerto de vuelta no es que hablase por el móvil mientras conducía ¡ Es que no paraba de escribir SMS por el móvil y enviarlos y contestarlos mientras conducia en plena Roma ! Pero eso si, solo por el centro de Roma, en la autopista ya se centró en conducir a 160 Km/h todo el rato hasta el aeropuerto Fiumicino-Leonardo da Vinci (dificilmente se le puede poner mejor nombre a un aeropuerto), se ve que solo le ve emoción a escribir SMS esquivando semaforos, peatones y otros coches en el centro de Roma, la autopista es demasiado monótona y homogénea para que tenga interés en escribir SMS mientras conduces. También conseguimos encontrar el barrio del Trastévere, no como en 2.006, que por más vueltas que me hicieron dar y autobuses y tranvías coger, no apareció por ningún lado el puto barrio. Y aunque sea un barrio megaturístico, no deja de tener un encanto particular. Y los romanos producen la sensación general de estar vivos, aunque sean desastrosos en sus actitudes y trabajos. Bien, ahora os pondré algunas pocas fotos para ilustrar esta entrada, quizá ponga alguna otra en futuras entradas que merezca algún comentario particular:
Un "típico" ristorante, también en el barrio del Trastévere, muy cerca de la iglesia del s. V Santa Cecilia in Trastevere, con todos los detalles del reclamo de turistas perfectamente acoplados.
Un carabiniero contemplado con motivado orgullo su flamante coche, curiosamente no un modelo italiano, pero no, no pienso hacer como el carabiniero y dejarme esa ridícula barbita para ir a juego con mi coche.
Una pareja de típicos policías italianos bien pagados de sus esculturales cuerpos clásicos, también en el entorno de la Piazza Venezia, frente a la "Máquina de Escribir", el polémico monumento a Vittorio Emanuele II. Los contemplamos desde una de las terrazas que había a la puerta del hotel Piazza Venezia donde dormíamos, y durante aproximadamente una hora no realizaron la más mínima actividad, aparte hablar y mirar de vez en cuando a la moto, inactividad ritual a la que al parecer se dedican todo el tiempo la casi totalidad de los italianos. También como en España, los camareros italianos tienen la especial habilidad de esquivarte con la mirada para no tener que atenderte, pero en cambio no se comportaban así los camareros inmigrantes procedentes de otros países.
La no menos típica y bulliciosa Campo de Fiore, con una típica romana en el centro de la foto, con el detalle de la estatua de Giordano Bruno erigida por los masones en 1889 dominando la plaza desde el mismo lugar en el que fue ejecutado en la hoguera en 1600 ( http://en.wikipedia.org/wiki/Statue_of_Giordano_Bruno ). 

2 Comments:
Los monumentos están muy bien y muy bonitos, y la gastronomía apetecible, pero se echa en falta alguna descripción más amplia del costumbrismo romano. ¿Acaso no hay putas romanas? ¿travelos romanos? ¿bares de lesbianas camioneras romanas?
La verdad es que no me fijé mucho, porque yo he llegado a un punto en que todo me parece más o menos normal.
Pero Agua en la Fiebre, que es más sensible y se fija más me comunicaba constantemente sus conclusiones a lo largo del viaje, y en concreto respecto a esos puntos:
- Todas las romanas son putas.
- Todos los romanos son homosexuales reprimidos.
- Todas las turistas extranjeras son lesbianas (no se si las romanas, siendo todas putas, podían ser también todas lesbianas, supongo que no, porque para ser las dos cosas en todo caso tendrían que ser, al menos operativamente, bisexuales).
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