Sunday, May 07, 2006

Días Extraños

Al final comparecí con Mariesaddie en Sagovia para presentar nuestras primeras comunicaciones públicas, o lo que fueran. Le hemos cogido un poco el gusto.
Tiempo hace que no estaba tan cansado, creo que iniciamos el viaje ya fatigados los dos, ni tantos días sin hacer nada malo, y eso contando con la presencia constante de la compañía mas adecuada para realizar actos malos, muy malos.
No paraba de llover, los garitos muy deficientes, el suelo empedrado (lluvia, suelo empedrado y botines de punta y tacón de aguja de la Doña fueron un factor agravante del cansancio), el Antiguo Museo de Brujería llevado por una suplente, siempre cerrado y con un horario imposible (me pareció el único sitio digno de visitar de Sagovia). Volvimos un par de veces y no pudimos entrar.
Rotos, rotos, rotos. En el retorno Madrid-Valencia Dña. Mariesaddie no me contestaba mas que mmmmmm.... , pués según sus propias palabras tenía los labios como pegados de puro cansancio, así que opté por marcharme directamente a Vinaros para el finde, tras dejarla en su home con su fatiga y sus cosas. Juró que un día más juntos y habría tenido que asesinarme, pués se agobia rápidamente con las rutinas.
Creo que los únicos momentos brillantes fueron los de nuestro estreno ante público más o menos serio. Salvamos el tipo mas que bien, y a la Doña se le acercaron un par de aspirantes a men-in-green y la interrogaron sobre su exposición ("Dña. Mariesaddie, sería tan amable de ampliarnos su exposicion respecto a ..."). Uno era ignorante y medio descerebrado, y el otro leído, medio descerebrado y prosoviético en 2006. En el acto de clausura conocimos a otro prosoviético jovencito, este civil y de la Complutense ¡Así nos luce el pelo!

Estatua de Juan Bravo, un lider comunero según averigüé tras nuestro retorno, ya que hablábamos de prosoviéticos. Mi memoria va cada vez peor. Desde luego un oficial de las guerras napoleónicas no debería de portar morrión. Cerca de esta plaza estaba el Rodilla, colmo de exotismo, donde acabamos desayunando. Dña. MS me ha estado contagiando en este viaje sus costumbres sobre comida rápida, por no usar otras palabras más feas.

El Ducto, con un curioso tiovivo de decoración "retro" a sus pies, habitado por animales empalados mucho mas originales que los tradicionales caballitos, tal y como se pueden observar todavía junto a la Puerta Narbonense, en Carcosa. Por esta calle ascendian de 1300 a 0400 las personas que retornaban de los garitos, bajo las ventanas de nuestro hotel. Dña. MS amenazaba con salir gritando cual gárgola al balcón para espantarlos, y llamar también a policías con porras y todo con el mismo fin.

Una vista del Ducto mucho mas original, solo percibible así desde la Sala donde se clausuraron los actos motivos de nuestra presencia en Sagovia.

La Sala donde se clausuraron los actos motivos de nuestra presencia en Sagovia. Dña. MS saludó brevemente a algunos de los presentes y conocidos de otras ocasiones, particularmente en Bruxelles, alguno de ellos vestido literalmente de azul marino, pero todos huyeron rápidamente hacía sus rígidos medios de transporte, pues según he observado poca gente dispone de la flexibilidad motriz y de horario de la que la madre naturaleza nos ha dotado a nosotros.

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